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Las peñas

modernas

Las peñas modernas son un espacio aún más comercial, y por tanto, más rentable. El formato se compara con el de una discoteca que incluye un show criollo.

Se usa la fórmula de número musical intercalando con algún juego en el que participa el público. Suele ubicarse en locales más grandes y con una capacidad de convocatoria masiva. La música se intercala entre lo comercialmente conocido como  tradicional (aquello que se difunde en las radios)  y la música actual de discoteca, dejando espacio para que el público tome la gran pista de baile.

Las peñas tradicionales mantienen el espíritu de los centros musicales con la modificación que se han abierto a un circuito más comercial.

Han adoptado el formato de restaurante con show criollo, se cobra un monto de dinero por el ingreso. Suele ocurrir en horarios de jueves a sábados por la noche, y el repertorio musical suele ser muy especial y tradicional también.

Es accesible a todo el público que pague su ingreso, y a veces no se cobra a los amigos más cercanos.           

En un inicio los centros musicales nacen como punto de reunión entre amigos que decidían expresar su arte en privado. Temas sacados del baúl de los recuerdos, calidad interpretativa, autores casi desconocidos y canciones que solo se cantan para los amigos de confianza se convierten en el sello de éstos lugares.

Paulatinamente los centros musicales se han abierto a más público a raiz de la necesidad de difusión. Sin embargo, solo se llega a ellos por recomendación.

El tiempo pasa para la música. Los ritmos que alguna vez fueron moda y que se transmitían y retransmitían en las radios han dejado sitio a nuevos compases, a nuevos tiempos, a  nuevos usuarios, a nuevos públicos.

La música criolla no ha escapado a ésta realidad pero, como pasa con los buenos clásicos, no ha perdido vigencia por el sencillo hecho que ser amante de música criolla, ser criollo, es una forma de vida y no una moda. Y eso, aunque se quiera sostener la prematura muerte de éste género musical, trasciende el aspecto familiar y pasa de generación en generación manteniéndose, reinventándose.

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Nada como una buena jarana para encender la alegría. El amor amical, la admiración, el amor platónico y hasta la política tienen lugar en las diferentes vertientes como el vals, la polka, el festejo, las décimas, etc. La música criolla ha ido cambiando también con el tiempo, y pese a perder protagonismo en los espacios de difusión local, no ha perdido vigencia ante la realidad en la que se vive.

 

En definitiva, son tiempos que presentan nuevos retos. Sin embargo en la actualidad existen espacios que difunden la música de diferentes formas. Los centros musicales con una tradición que roza con la pureza, las peñas tradicionales abriendo el espacio para un público que busca más allá de las radios y que desea calidad musical apta para todo público y, por otra lado, las peñas comerciales que abren sus puertas para el público masivo en una combinación de contenido criollo con apertura a la música actual que convierte una industria musical “en declive” en una industria comercial rentable y accesible a públicos masivos.

Los Centros Musicales

Las peñas tradicionales

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