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Más allá de ser un género musical, el criollismo es una forma de vida. Las costumbres que la acompañan son heredadas entre grupos familiares o con amigos cercanos.

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Hasta hace algunos años el hermetismo de sus tradiciones permitía solo a algunos privilegiados acceder al conocimiento de los toques y costumbres de antaño. Sin embargo, en la actualidad, lo que se busca es la preservación del legado.

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Éste se encuentra asegurado en intérpretes jóvenes e investigadores cada vez más interesados en conservar el acervo cultural, que más allá de un género musical, atañe a toda una forma de vida.

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En la actualidad se editan discos y se abren las puertas de lugares que hasta hace unos años hubiese sido imposible imaginar.

La música criolla tiene un espíritu tradicional que se mantiene, sin embargo, no ha estado excenta a los cambios. Lo que hoy se conoce como tradicional fue innovador en su época.

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Existe una cultura criolla muy ligada al respeto a los mayores, al silencio cuando alguien interpreta un tema y a ser muy reservado con los temas que se tocan para el público masivo a diferencia de lo que se canta para los amigos más cercanos.

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El criollismo sigue vigente agracias a las bases sólidas que son el respeto y el amor a la música. Son estas virtudes las que han permitido que las costumbres y jaranas criollas sean heredadas manteniendo un legado de generación  en generación. Y hasta reinventándose en algunos casos con nuevas formas de interpretar y componer.

Las tradiciones

Transmitir el legado

El deterioro de una tradición

La tarea de mantener vivo el criollismo actual

El purismo en las tradiciones ha jugado en favor y en contra de la conservación de las tradiciones de la música criolla.

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Hay formas de interpretación, temas musicales y repertorios que han quedado en el olvido a raíz del intento de conservar una tradición solo para algunos privilegiados. Para otros, la música criolla mantiene su esencia a raíz de pasar de generación en generación las formas más puras de su interpretación aún hoy.

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Sin embargo, el poco protagonismo que tiene hoy en la difusión local es un mal que aún no encuentra salida pese al renovado repertorio e influencias de las que hoy goza. 

El sistema en que actualmente se circula su difusión es un modelo que es igual desde hace décadas. No es extraño que en general se considere música obsoleta si observamos que su difusión actual la empaqueta de esa forma.

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El uso de redes sociales y otras plataformas ha hecho que la fusión así como los nuevos representantes de la música criolla tomen un poco de protagonismo. Esta tarea se podría ver reforzada si se diera un giro a las actuales políticas con que se pretende "difundir lo nuestro".

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El problema: Los mismos locutores de siempre, el mismo formato de siempre, la misma música de siempre, los mismos horarios de siempre.

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En realidad, la solución debería enfocarse a captar nuevos públicos a través de nuevas propuestas que ya existen pero que no son difundidas.

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